Translate

viernes, 17 de enero de 2020

Ramiro de Barnuevo en un documento de los PP. Mínimos de 1631


Sabemos que allá por el año de 1615 andaban por Puente Genil, entonces Puente de Don Gonzalo, un grupo de padres de San Francisco de Paula procurando establecerse y fundar convento en la villa. 

A pesar de contar con el apoyo entusiasta de Dª Juana Enríquez de Ribera, marquesa de Priego y titular del señorío, el obispo de Córdoba se negó a conceder el preceptivo permiso para la fundación del convento de los Mínimos, por lo que se establecieron en el Callejón Bajo, en Miragenil, que por aquel entonces dependía de la jurisdicción de la vicaría de Estepa. Años más tarde lograron vencer la resistencia del obispo cordobés y pudieron instalarse en 1627 en la Puente de Don Gonzalo, en la ermita del Dulce Nombre. Allí permanecieron no más de un par de meses. Tras ser desalojados de ella por el obispo de Córdoba, compraron unas casas en la calle del Soto, junto a la ermita (actualmente zona de la calle Jesús y calle La Huerta), donde se instalaron y establecieron iglesia provisional. 

Poco después, en 1631 y huyendo de las crecidas del Genil, lograron al fin la deseada licencia (tanto del cabildo como del propio concejo) para trasladarse a la hoy desaparecida calle Reguera, sobre la que se edificó el actual convento. De esta manera sabemos que en 1631 la orden de los Mínimos estaban ya instalados en la calle Reguera, donde establecieron una iglesia provisional mientras construían la nueva (la que hoy conocemos), en la que se ofició misa por vez primera en el año 1682.

El documento que podemos ver más abajo nos demuestra que, a pesar de las dificultades por las que los padres franciscanos estaban atravesando en relación con la fundación de su convento en la Puente de Don Gonzalo, y a pesar de las duras condiciones e impedimentos que el obispado de Córdoba tenía hacia la orden, contaban sin embargo con importantes benefactores que hicieron posible la fundación de aquel primer convento pontanés. 

El pergamino está firmado, entre otros, por el Rvdo. P. Provincial Cristóbal Ortega y otorgado en Loja, donde se estaba celebrando Capítulo Definitorio, el 29 de septiembre de 1631. La fecha del documento y la celebración del Capítulo en Loja (convento fundado en 1559) no son una mera casualidad, pues la Regla por la que se rige la orden de los Mínimos establece que tanto los Capítulos Provinciales como los Definitorios debían celebrarse en torno a la fiesta de San Miguel Arcángel, 29 de septiembre. La tradición cuenta que San Francisco de Paula se apareció al Gran Capitán, precisamente en Loja, encontrándose éste en su lecho de muerte, cumpliendo así el santo la promesa que le hizo durante la conquista de Nápoles de volver a verlo antes que muriese.

En el documento se reconocen las decisivas aportaciones al convento por parte del capitán de infantería Ramiro de Barnuevo y Aguayo, familiar del Santo Oficio, y de su mujer Ana de Martos y Alfaro, por lo que se les reconoce el título de fundadores de la religión. 

Los historiadores Pérez de Siles y Aguilar y Cano en su Apuntes Históricos de la villa de Puente Genil (pág. 307 en su edición de 1874) nos hablan de un capitán de infantería y familiar del Santo Oficio (también alcaide de la villa de Carcabuey) llamado Ramiro de Barnuevo y Figueroa y de su mujer Ana Alfaro y Martos como fundadores de la capilla de San Francisco de Paula en la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria (Los Frailes), perteneciente al convento de estos padres Mínimos. Desconocemos si se trata de una equivocación por parte de los insignes historiadores, que erraron en el segundo apellido del capitán y alteraron el orden de los de su esposa, o si el error es atribuible al amanuense franciscano redactor del documento. Lo cierto es que en el mismo se reconoce como fundadores de la capilla de San Francisco de Paula a Ramiro de Barnuevo y Aguayo y a su esposa Ana de Martos y Alfaro, en evidente contradicción con la información de Pérez de Siles y de Aguilar y Cano.
Reproducimos a continuación el texto íntegro del inédito documento que por vez primera vez en casi cuatrocientos años vio la luz cuando lo publiqué en la revista El Pontón a finales de 2017, y que transcribo con fidelidad, respetando las grafías, ausencias de signos de puntuación y formas de la época:

AUNQUE ES VERDAD COMO dice S. Pablo que onmibus deutores fumus y en particular a los que nos ayudan faborecen y hacen bien con sus limosnas y buenas obras, con todo la recta razón dicta que tenemos mayores obligaciones a las personas nobles que no solo con comunes limosnas y buenas obras comúnmente nos benefician y ayudan sino con grandes singulares y particulares como son las que nuestro convento de recolection de Nuestro Padre San Francisco de Paula de la Villa de la Puente Don Gonzalo ha recibido y recibe de los nobles señores el Capittan Don Ramyro Barnuebo D. Aguayo y Doña Ana D Martos y Alfaro su muger. Los cuales no solo ordinariamente an acudido y favorecido al dcho nuestro convento siempre con sus comunes limosnas sino también aora nuevamente por particulares contratos y Escrituras que tenemos aprobadas y si necesario es nuebamente aprobamos an hecho donación de cincuenta ducados cada un año para siempre de renta a el dicho nuestro convento con título de fundación de y en particular de la Capilla de nuestro Glorioso Padre San Francisco de Paula y juntamente le an hecho otras limosnas. Por lo cual reconociendo estas obligaciones y deseando en cuanto nos es posible recompensarlas y satisfacerlas, no solo les hacemos participantes de todas las buenas obras de los Religiosos de el dicho nuestro convento sino de todas las de todos los de esta Orden como son sacrificios, Oraciones meditaciones predicaciones peregrinaciones abstinencias disciplinas mortificaciones y de todas las demás  penitencias = Sino también en remuneración de las singulares y particulares buenas obras que los dichos señores an hecho y hazen recibimos al dicho señor Cappitan Don Ramón Barnuevo y Aguayo entre los fundadores de nuestra sagrada religión y a la dicha señora Doña Ana de Martos y Alfaro entre las fundadoras y les concedemos y damos todos los Privilegios singulares que esta sagrada religión acostumbra conceder a los tales fundadores y fundadoras y todas las demás gracias a indultos concedidos por los summos Pontífices a los tales fundadores de la religión. Y así mismo desde aora para siempre recibimos por fundadores y fundadoras del dicho nro Convento y Capilla de nuestro Glorioso Padre en la dicha forma a las personas que los dichos señores nombraren por sus testamentos y últimas voluntades y les concedemos las mismas gracias y privilexios. En Fee de todo lo cual damos y despachamos este título estando celebrando nuestro capítulo definitorio en esta ciudad de Loxa en Veinte y nueve de settienbre de mil y seiszientos y treinta y un años firmado de nuestros nombres y sellado con el sello mayor de nuestro Offizio.

El convento de los padres Mínimos permaneció en Puente Genil hasta la exclaustración dictada en 1835 por José María Queipo de Llano, VII conde de Toreno por la que ordenaba la supresión de todos los conventos con menos de doce religiosos profesos (en el de Puente Genil residían en aquel momento tres frailes). Anteriormente ya se había suprimido esta comunidad en 1822, pero volvieron a instalarse solo un año después. La exclaustración de 1835 fue, sin embargo, definitiva.