Rodrigo García Luque, pintura al óleo por Modesto Montilla en 1894, con 41 años |
Sin motivo racional alguno, por
el solo hecho de compartir espacio y tiempo, te sientes orgulloso del edifico
de La Aurora y lees sobre él. Al relacionarte con el mundo de la Semana Santa
consultas algunas cosas sobre la ermita de Jesús Nazareno. Lees o te cuentan
historias y anécdotas sobre el Teatro Circo… y siempre salía el mismo nombre: Rodrigo García Luque. Poco a poco
empecé a sentir curiosidad por éste a quienes los historiadores del arte y de
la historia nombran como maestro o práctico de obras e, incluso, como
arquitecto local.
Rodrigo García nace en Puente
Genil el 21 de septiembre de 1853 y
fallece, también en Puente Genil, el 20 de julio de 1925 a la edad de 73 años.
Hijo, nieto y bisnieto de otros Rodrigos
Garcías, también maestros de obras, con sólo catorce años queda huérfano de
padre, que falleció en accidente laboral al precipitarse desde un andamio
durante unas obras en la ermita de Jesús Nazareno, quedando desde entonces al frente del
negocio y cabeza de una familia que se reducía entonces a su madre, hermana y
hermano Ricardo.
Desde muy joven, casi niño, conoció el oficio de maestro de obras, comenzado desde las labores
de peón de albañil. Rodrigo debió ostentar un carácter fuerte para curtirse en
su profesión, al mismo tiempo que inquieto y preocupado por el aprendizaje,
pues adquirió importantes nociones de diseño y cálculo de
estructuras (según información familiar cursó estudios en Madrid) lo que, unido
a la aportación de su hermano Ricardo, a quien descubrimos como delineante, fue
fundamental para su desarrollo profesional.
Contrajo matrimonio con Carmen
Montero Montilla, con quien tuvo doce hijos: Virtudes, Remedios, Justa,
Natalia, Sierra, Rodrigo, José, Francisco, Antonio, Leovigildo, Arturo y
Mercedes, que muere siendo niña.
Rodrigo García Luque, su esposa Carmen Montero Montilla y once de sus doce hijos: Justa, Rodrigo, Virtudes, Leovigildo, Paco, Pepe, Antonio, Arturo, Natalia, Sierra y Remedios. |
Carmen Montero Montilla |
Genil de la época, a través de la Corporación del Imperio Romano (de la que fue fundador en 1871, primer teniente en 1906 y diseñador de su segunda bandera) y la Cofradía de Jesús Nazareno, contribuye sin duda a la obtención de encargos profesionales, que su buen hacer y calidad en las obras se encargaría de acrecentar. Fue un hombre respetado, juicioso y cabal, frecuentemente reclamado por el Juzgado de Aguilar de la Frontera a través del cupo de padres de familia, para formar parte del jurado en todo clase de asuntos (homicidios, asesinatos, robos, malversación, violaciones, abusos deshonestos…). De todos sus hijos varones sólo Rodrigo y Leovigildo pertenecieron luego al Imperio Romano
Fuera de Puente Genil sabemos que
dirigió la construcción de una fábrica de abonos minerales en Fuente Piedra, la
estación de Cabra y otras localidades. En su villa natal desarrolla su
actividad en todas las facetas de la arquitectura como le es posible: residencial, religiosa e industrial. Construyó varias casas
familiares, como las de la familia Ariza en la calle Alcaide, la de los Aguilar
en la calle Madre de Dios y la de Alfonso Ariza y Estrada en la calle Don
Gonzalo.
Rodrigo García Luque |
También debemos a García Luque la confección a finales de la década de los ochenta del siglo XIX de los planos
del antiguo Asilo de las Hermanitas de los Desamparados (inaugurado el 4 de
mayo de 1889), de cuya ejecución fue responsable, sin embargo, Rafael Carmona
Cabello. Poco antes, el 10 de septiembre de 1887, el Casino Liceo (sito
entonces en la calle La Plaza nº 26) aprobaba en Junta General Extraordinaria, bajo la presidencia del insigne poeta Manuel Reina Montilla, la admisión de
Rodrigo en tan selecto círculo (su hermano Ricardo no pertenecería al mismo
hasta el diez de febrero de 1898), lo que da idea de las buenas relaciones que
mantiene con la alta sociedad local. En esas fechas, no es que Rodrigo esté
plenamente integrado en esa alta sociedad, sino que es parte importante de la misma.
Prueba de lo cual -volviendo de nuevo al Casino Liceo-, lo encontramos en el acta de Junta Directiva de uno de marzo de 1893 en la que se ofrece a prestar
ciento veintidós pesetas y setenta y tres céntimos para terminar las obras del
salón bajo (dinero que, además, no percibiría hasta años después y sin
generación de interés alguno).
Fábrica de Luz La Aurora |
En 1897 se inauguró,
también obra del maestro García Luque y ubicada en el casco histórico de la
Villa, en la calle Jesús, la fábrica de luz La Aurora, siendo la segunda
fábrica de este tipo en Puente Genil. El edificio consta de tres plantas de
estilo mudéjar con columnas de fundición, arcos de herradura y rematada con
almenas. En su fachada aparece la inscripción “Sociedad Eléctrica de Puente Jenil”, debiendo resaltar a modo de
curiosidad que el nombre de la villa aparece escrito con J, como era usual en
la época, y que las letras de bronce que configuran la leyenda pesan cinco
kilos cada una.
Coetáneo a la Fábrica de Luz La
Aurora es el edificio donde hoy se ubica el Casino Pontanés, en la Plaza
Nacional. Se trata éste, sin duda alguna, de uno de los más emblemáticos
edificios de Puente Genil. Su estado de conservación es excelente, gracias al
mantenimiento y a la reforma que llevó a cabo el propio Casino (entonces
Liceo-Mercantil) en 1998. Actualmente el Casino Pontanés es propietario de las plantas baja y primera, ubicándose en su segunda planta, con acceso por la
calle Postigos, dependencias municipales adscritas al Departamento de Obras y
Urbanismo del Ilustre Ayuntamiento. Fue
construido en el año 1897 por encargo de Antonio López Muñoz (sus iniciales se
conservan aun en la fachada), conocido por Palomo. En este edificio puede verse
la similitud con la arquitectura italiana del cuatrocento,
concretamente al palacio veneciano Vendramín-Calergi, en que se inspira.
Antonio López Muñoz y Remedios Avisbal Luque |
Casino Pontanés |
Palacio Vendramín-Calergi. Venecia |
Vinculada a la prestación del servicio eléctrico, hay que resaltar el emblemático edificio que conocemos como El Morabito, situado en la avenida Manuel Reina, obra también de García Luque en estilo neo-mudéjar.
Más arriba, hemos vuelto a mencionar a Ricardo García, de quien sabemos bien poco. Acompañó a su hermano a lo largo de su recorrido personal y profesional, viéndose eclipsada su figura ante lo refulgente de Rodrigo. Sabemos, sin embargo, por testimonios de la familia, que tuvo varios hijos, pero todos murieron antes de los veinte años.
También es obra de Rodrigo la fábrica
de la iglesia o ermita ubicada en la finca La Yegüeriza, que mandó construir el
Duque de Tarifa y Denia (a quien se dedicó en Puente Genil la Plaza de los Duques
de Denia, hoy de Emilio Reina). Las obras comenzaron en 1910 y concluyeron el 16
de enero de 1911, cuando se ofició la primera misa. Es de estilo mudéjar a base
de arcos de herradura, decorado a dos colores tanto en la portada principal
como en las ventanas y espadaña que posee para una campana.
En aquella época la burguesía
local acomodó antiguos caseríos o cortijos y procedió también a la construcción
de otros nuevos. Tal es el caso del Cortijo de la Cruz, o Cortijo Palaí. De éste hoy sólo nos quedan restos
de la obra, algo irreconocible de lo que fue, de no ser por los documentos
gráficos que han llegado a nuestros días. Fue edificado por José Melgar Paladín
y su fábrica recordaba sobremanera al Morabito de la Matallana, al que hemos
hecho referencia, de estilo mudéjar, con arcos de herradura y remates. Si bien
no tenemos documentado que el autor de la obra fuese Rodrigo García, es
prácticamente segura su correspondencia, por cuanto el propietario de la finca
debería formar parte de su círculo de amistades o conocidos en la época de su
construcción, alrededor de 1910, y el estilo edificatorio concuerda
absolutamente con el que desarrolló García Luque.
Mención aparte requiere no sólo
la construcción, sino la promoción y explotación del Teatro Circo.
Hasta 1902 y
desde que desapareciera envuelto en llamas el Teatro Circo de Rivas y Solís,
ubicado en el paseo de la Plaza Nacional, no había teatro alguno en Puente
Genil o, al menos, que mereciera el nombre de tal, según nos cuenta Baldomero
Giménez en El Aviso catorce años tras su inauguración. La construcción del
nuevo Teatro Circo El Imperial (aunque no tiene la disposición de Teatro
Circo, se le mantuvo el nombre en recuerdo al de Rivas y Solís) vino a
suplir el déficit en este tipo equipamientos, demandado no sólo por la
burguesía, sino por el pueblo llano en busca de una oferta de ocio y diversión
que posiblemente sólo cubriese la Feria Real. Las obras de construcción se
iniciaron el 3 de septiembre de 1901 bajo la dirección, como es lógico de Rodrigo
García, quien pudo estar asesorado por el ingeniero francés Leopoldo Lemonier,
y se inauguró el 24 de julio de 1902 con la actuación de la Compañía de
Zarzuela de Eugenio Pamplona, de Madrid, y que representó “El barquillero”, “La
Mariguana” y la Marcha de Cádiz. El conocido y desafortunadamente desaparecido
telón de boca del escenario, del que únicamente conservamos documentación
gráfica, pintado magistralmente por el escenógrafo malagueño Eduardo Ruiz Lerdo
y que la prensa de la época calificó como “una de sus mejores obras, admirablemente hecha”, representaba
fielmente las escaleras principales del edifico del Banco de España, en Madrid.
Sabemos que aquel edificio resultó majestuoso, impresionante, imponente, “con alumbrado eléctrico (más de trescientas
luces), agua abundante, bombas de servicio de incendios, grandes puertas y
muchas ventanas y ventiladores, según reclama la higiene”. Anexo al mismo,
había “un delicioso jardín sombreado con
multitud de naranjos”. Para un pueblo de 1902, rural, con una economía
basada en la agricultura, que gracias a la luz eléctrica y al ferrocarril
comenzaba a ser foco de atracción de inversiones y migración, la inauguración
del Teatro Circo debió ser un acontecimiento de relevancia. Y la notoriedad que
con ello debió adquirir García Luque, digna sin duda de consideración. https://www.youtube.com/watch?v=HvEg_t2GDfk
Fue tanto el revuelo en la
localidad y el agradecimiento de sus paisanos, que el domingo 20 de julio a las
doce del mediodía se ofreció al autor del edificio, a quien se califica de “ilustrado maestro de obras” un almuerzo
en su honor, amenizado por la Banda de Música de Miguel Gant. Al mismo asistió
la representación de la más alta burguesía y la cultura de nuestro pueblo: los
literatos que se mencionan entre los asistentes son Manuel Reina Montilla,
Antonio Aguilar y Cano, Leopoldo Parejo, José Contreras, Francisco Carvajal,
Alberto Álvarez de Sotomayor o Miguel Romero Carmona (sin bien éste lo hizo en
calidad de corresponsal del periódico El Defensor de Córdoba). Asimismo
asistieron también el alcalde Juan Delgado Bruzón, Rafael Reina Carvajal,
Agustín Aguilar y Cano, Rafael Vergara, Alberto Gálvez, Antonio Baena Delgado,
Antonio Reina Morales, Manuel Parejo Delgado, Manuel y Francisco Varo Ariza,
Manuel María Melgar, Jose Delgado Bruzón, Leonardo Velasco, Enrique Moreno,
Eduardo Cejas Lorenzo, Francisco y Joaquín Reina Framis, Manuel, Pablo, Antonio
y Francisco Ortega, José Melgar, Agustín Rodríguez, Pedro Pérez, Andrés
Carvajal, el fotógrafo Linares, corresponsal de Blanco y Negro… y así hasta los ciento cuarenta comensales que
conformaron la mesa. Era costumbre en este tipo de actos que a los postres se
leyesen por los asistentes poesías en honor del homenajeado. Nos consta que
antes del brindis final a cargo del eximio Manuel Reina, Leopoldo Parejo leyó
los siguientes versos, que reproducimos conforme fueron transcritos en la
prensa de la época:
¡Gloria al
arte inmortal!
¡Gloria a
Talia!
Teatro
sugestivo con tu ancha nave y tu elevado techo,
solo á tu
vista, el sentimiento vivo
del arte
vibra en mi ferviente pecho.
Teatro
primoroso
donde el
artista derrochó su génio,
déme tu
musa en arte tan grandiosos
aliento y
brío, inspiración é ingenio.
Teatro
deslumbrante
donde todo
es belleza y gallardía,
á tu
hacedor, á tu creador triunfante
dedico
entusiasmado esta poesía.
Si yo
expresar pudiera
lo que en
mi pecho conturbado siento,
con voz tan
elocuente cual sincera
forma diera
feliz al pensamiento.
Con vena
inagotable
y en aladas
estrofas yo os diría
que, aquí
la risa, cual la gracia amable,
se juntan
con la plácida alegría.
Que, aquí,
sin pretensiones
dáse al
sufrir consoladora calma,
dá la
moral, aún sin querer lecciones
que con
fuerza se graban en el alma.
Que aún el
dolor, el llanto,
crueles
compañeros de la vida,
del arte
excelso, bajo el áureo manto
todo
conmueve, y á gozar convida.
Más, pobre
de discurso,
si rico
como siempre en buen deseo,
me
encuentro inerme ante tan gran concurso
como el que
lleno de entusiasmo veo.
Así mi
labio sello
pero antes
permitidme que os salude.
¡Honor y
gloria para el arte bello!
y ¡Honor al
pueblo que á su fiesta acude!
A todos,
si, os saludo
con júbilo
profundo, extraordinario;
pero al que
quiso levantar y pudo
este
soberbio, espléndido escenario;
y con
firmeza y calma
su labor
terminar, á ese, conmigo,
gritad de
corazón, con toda el alma:
¡Gratitud
para siempre al gran Rodrigo!
En algún momento, además del homenaje popular, su pueblo le rindió sincero tributo nombrándole Hijo Predilecto de la Villa. A pesar de que no queda constancia de ello en los archivos municipales o, al menos no hemos encontrado ninguna referencia (hay que tener en cuenta que el Reglamento de Honores y Distinciones es de la década de los setenta del pasado siglo), así reza en la lápida del cementerio de Puente Genil que fue colocada por su nieta Estrella García López, hoy residente en Baena.
Además de las fuentes consultadas y que a continuación enumero, son de especial importancia los testimonios, consejos y orientaciones de Doña María del Rosario Fernández García, bisnieta de Rodrigo García, y sin cuyas indicaciones este trabajo no hubiera sido posible.
Fuentes:
1.
Apuntes Históricos de la villa de Puente
Genil (A. Aguilar y Cano y A. Pérez de Siles y Prado, 1874)
2. El Libro de Puente Jenil (Antonio Aguilar y Cano,
1897)
3. Puente Genil Monumental (Jesús Rivas Carmona, 1982)
4. Antropología Cultural de Puente Genil I. La
Corporación: El Imperio Romano (José Segundo Jiménez Rodríguez, 1981
5. Recorrido histórico-artístico por la Villa de Puente
Genil (Grupo de Trabajo del IES Manuel Reina de Puente Genil CEP Priego /
Montilla)
6. Testimonios y crónicas familiares
7. Periódicos El Defensor de Córdoba y El Aviso
8. Archivo Imperio Romano
9.
Archico Casino Liceo
Muchas gracias por este gran trabajo de investigación, no solo por publicar la biografía de mi bisabuelo Rodrigo García Luque, sino por todo tu trabajo en este blog.
ResponderEliminarEl placer de conocer y casi intimar con tu bisabuelo, créeme, ha sido mío. Un placer que no hubiera sido posible sin contar con tu ayuda e indicaciones. Muchísimas gracias!
ResponderEliminar¿Sería posible publicar la vida de D. Leonardo Velasco Estepa? Gracias de antemano.
ResponderEliminarLeonardo Velasco (también su hermano Francisco de Paula) forman parte del grupo de grandes hombres de finales del XIX y primera mitad del siglo XX comprometidos con la cultura y el desarrollo de su pueblo y con una generosidad mil veces demostrada. La grandeza e influencia de Leonardo, además de la buena simiente que dejó en Puente Genil y de algún escarceo literario, radica fundamentalmente en su compromiso y entrega a su profesión.
ResponderEliminarSaludos afectuosos
Todo esto es lo correcto, pero yo como hijo que fui de Don Leonardo Velasco Estepa y Doña Teresa Montero Márquez, desearía saber algo más de su vida y de su grandeza e influencia, pues me considero parte de la buena simiente que dejó en el pueblo y no se nada de su vida aparte de lo que me contó mi madre de palabra.
ResponderEliminarParece como si estuviera vetada su su vida y obra ¿acaso no se atreven sus descendientes a publicar algo de su vida? o lo tienen prohibido en concreto por la familia de su hijo Don Leonardo al que no tuve el placer de conocer porque el no quiso.
Lo que me mueve a indagar en esta historia, es que no conservo más que una foto de mi padre junto a mi madre y me gustaría saber más de él ya que el tiempo lo cura todo, y mi vida va llegando a su fin sin saber nada de mi padre, solo que me reconoció y nada más.
el tema por parte de su familia puede ser banal, pero para mí es fundamental saber algo de mi progenitor, ya que a mis 70 años me gustaría saber sin ningún rencor algo de mi padre, y no de palabra.
Dejo en sus descendientes esta cuestión, que para mí es de mucho alivio.
saludos y gracias
Juan José ¿podría dejarme una dirección de correo electrónico?
ResponderEliminarHola, mi nombre es José Manuel, y soy miembro de una Asociación Cultural de Montilla (somos conocidos como FORAJIDOS, y a través de internet podrás comprobarlo). Este año se ha celebrado el Centenario del Teatro Garnelo, y en algunos libros se cita a Rodrigo García como Maestro de Obras del teatro Montillano.
ResponderEliminarDebido a la labor de divulgación que realizamos desde la Asociación, estoy interesado en tener más conocimientos sobre el trabajo que Rodrigo García realizó en el teatro de Montilla, pues en el Archivo Municipal no existen referencias al respecto.
Gracias.
Muchas gracias por la información. Desconocía la ralación de mi bisabuelo Rodrigo García con el Teatro Garnelo.
EliminarHola soy de una Asociación Cultural de Montilla (FORAJIDOS, pues encontrar referencias varias de nosotros en internet). Debido a la labor de divulgación que realizamos, estamos interesados en la figura de Rodrigo García, pues figura en algunas publicaciones locales como el Maestro de Obras del Teatro Garnelo de Montilla, del cual se ha celebrado este año su Centenario. No he encontrado más referencias en el Archivo Municipal.
ResponderEliminarSaludos y gracias.
Buenas noches José Manuel. El blog y toda la información que sobre Rodrigo García aparece en él, la tienes a vuestra disposición. Y de la misma manera, en todo lo que pueda ayudar podéis contar conmigo. Me encanta conocer la participación de Rodrigo en el Teatro Garnelo, lo desconocía por completo. Mil gracias por compartir.
EliminarMuy interesante y provechoso el conocimiento de los hombres que forjaron el Puente Genil que conocemos
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